Preguntas frecuentes

Es la incapacidad momentánea del organismo del bebé para digerir bien una proteína (el gluten) presente en determinados cereales (trigo, centeno, cebada, etc.). Al tener un sistema digestivo todavía inmaduro, el bebé identifica esta proteína como un elemento agresor y se defiende (por ejemplo, con diarrea). Existe el riesgo de instaurar una auténtica alergia al agredir las paredes digestivas del bebé. De ahí que Nestlé ofrezca al bebé únicamente cereales «sin gluten» en la primera etapa. Más tarde, es conveniente ofrecerle cereales con gluten para estimular su capacidad digestiva, ¡dado que la misma presencia del alimento la desarrolla!

En los primeros intentos de diversificación alimentaria, el médico suele recomendar la introducción de los cereales para acostumbrar al bebé al descubrimiento de nuevos sabores de forma no traumática.

Lo mejor es no insistir más de dos tres veces con la verdura durante una misma comida. Y volverlo a intentar en una o varias comidas, con la misma verdura si es necesario. Es muy posible que el bebé acabe por adorar las verduras que había rechazado una o dos veces seguidas, en solo cuestión de días. ¡Todo depende del momento! De todas formas, conviene saber que, si al bebé le gusta la fruta, este alimento le aporta también las vitaminas y los minerales esenciales que necesita para un buen crecimiento.

Nota: el Centro de Investigación de Nestlé ha demostrado que el 80% de los niños acaban por aceptar un ingrediente que en principio rechazaban a los siete u ocho intentos.

Es darle los alimentos que mejor se adaptan a las necesidades específicas del bebé, tanto en calidad como en cantidad, en el momento adecuado. En un principio, se empieza por introducir alimentos que completen los aportes de la leche materna o infantil para más adelante sustituirla en parte, coincidiendo con una disminución progresiva de las cantidades hasta llegar a un aporte recomendado de 500 ml al día.

Cuando el bebé ha cumplido los 4 meses, se introducen los primeros cereales infantiles para completar la leche materna o infantil, seguidos por las frutas y las verduras. Posteriormente, a medida que se reduce la proporción de leche materna o infantil, se estructuran las comidas introduciendo de modo progresivo la carne o el pescado en torno a los 6 o 7 meses. Este esquema permite dar respuesta de forma precisa a las necesidades del bebé, ya que le aporta todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y le ayuda a crear unos buenos hábitos alimentarios para el día de mañana.

Por su alto contenido en fibra, algunos alimentos ayudan a regular el tránsito intestinal como, por ejemplo, las ciruelas o las zanahorias. Otros, en cambio, tienen el efecto contrario y ayudan cuando existe una diarrea, como el arroz y el membrillo. El conjunto de la gama Nestlé permite aprovechar, de forma fácil y rápida, las propiedades naturales de frutas y verduras para contribuir al bienestar intestinal del bebé. De todos modos, si observas un dolor o un problema de tránsito que se manifiesta durante un tiempo, aunque sea poco, conviene hablar inmediatamente con el médico.

Al pasar a la alimentación de los mayores, los bebés de los 12 a los 36 meses a menudo no consumen una cantidad suficiente de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos de la familia de los omega 3, indispensables para el buen desarrollo de sus tejidos nerviosos y de su pequeño organismo.

Nestlé y su gama saben que los ácidos grasos esenciales son importantes para tu bebé y, por ello, todos nuestros platos llevan este nutriente.

Además de sus propiedades nutricionales, la vitamina C en los tarritos resulta muy útil en las recetas de frutas para garantizar una buena conservación de los alimentos.

El bebé nace con la capacidad de manifestar su agrado o rechazo a los cuatro grandes sabores: el dulce, el salado, el amargo y el ácido. Distintos estudios realizados ponen de manifiesto que el sabor dulce es el favorito de los bebés durante sus primeros días de forma generalizada. Los sistemas de aprendizaje utilizados a lo largo de la diversificación serán fundamentales para que aprenda a apreciar también los alimentos con un sabor no muy dulce.

Introducir alérgenos en la dieta de los bebés no entraña riesgo de desarrollar o provocar una alergia. Se recomienda que la introducción de alérgenos se haga siempre de modo gradual, en dosis pequeñas, y separadamente de la introducción de otros alérgenos para detectar más fácilmente si se produce una reacción. En todo caso, la edad en la que se introduce no tiene incidencia alguna en este aspecto.

En el caso del melocotón y el albaricoque en tarrito, lo que puede producir reacción es la piel de los mismos. En la elaboración de nuestros tarritos empleamos la fruta pelada. Sin embargo, no se puede garantizar un pelado perfecto de la fruta con lo que nuestros purés pueden contener pequeñas trazas de piel.

Por tanto, en caso de que tu bebé tenga alergia al melocotón y albaricoque en tarrito, no debes darle purés GERBER que contengan dichas frutas, seguro que le gustarán muchas de nuestras recetas sin estos ingredientes.

De modo similar, que tu bebé no muestre alergia a un tarrito GERBER que contenga melocotón y albaricoque, no es garantía de que no tenga dicha alergia pues es probable que en dicho tarrito no hubiera presencia de piel de la fruta.

Por seguridad microbiológica se recomienda que el biberón (polvo + agua) se prepare en el momento que se va a dar y desechar los restos que el bebé no se ha terminado. Las fórmulas deben prepararse siempre siguiendo las instrucciones recomendadas en el envase.

AVISOS IMPORTANTES: El uso de agua sin hervir, la utilización de biberones no esterilizados o la disolución incorrecta pueden provocar trastornos al bebé. Un incorrecto almacenamiento, manipulación, preparación y administración podrían provocar efectos adversos en la salud del bebé.

En cuanto a la duración del biberón una vez preparada la leche de fórmula se recomienda:

• No preparar más de un biberón a la vez.
• Darlo al bebé inmediatamente y seguir exactamente las instrucciones que aparecen en el envase.
• No guardar los restos del biberón y tirar las sobras.

En cuanto a la duración de un bote de leche de fórmula:

• Una vez abierto el envase, el producto deber ser consumido antes de 4 semanas.
• Un incorrecto almacenamiento, manipulación, preparación y administración podrían provocar efectos adversos en la salud del bebé.

AVISOS IMPORTANTES: El uso de agua sin hervir, la utilización de biberones no esterilizados o la disolución incorrecta pueden provocar trastornos al bebé. Un incorrecto almacenamiento, manipulación, preparación y administración de la leche de fórmula podrían provocar efectos adversos en la salud del bebé.

Las fórmulas/leche de fórmula deben prepararse siempre siguiendo las instrucciones recomendadas en el envase del producto.

1. Antes de preparar un biberón, lávate bien las manos.

2. Lavar bien el biberón, la tetina y la rosca. Hervir durante 5 minutos y dejarlos tapados hasta su uso.

3. Hervir agua y dejar enfriar.

4. Seguir la tabla de alimentación. Añadir la cantidad exacta de agua en el biberón en función de la tabla. Después, añadir el número exacto de medidas con el cacito que se encuentra en el bote y enrasando con el borde inferior del bote.

5. Asegurarse que el cacito está seco y guardarlo dentro del bote. Cerrar después de cada uso y guardar en un lugar fresco y seco.

6. Cerrar el biberón y agitarlo hasta la completa disolución del polvo. Comprobar la temperatura antes de alimentar a tu bebé.

Cantidades medias utilizadas de leche de fórmula según la edad:

    - 1 y 2 semanas: 90 ml x 6 biberones/día.

    - 3 y 4 semanas: 120 ml x 6 biberones/día.

    -  A partir de 1 mes: 150 ml x 5 biberones/día.

    -  A partir de 2 meses: 180 ml x 5 biberones/día.

    -  A partir de 4 meses: 210 ml x 5 biberones/día.

    -  A partir de 6 meses: 210 ml x 4-3 biberones/día.

    -  A partir de 9 meses: 210 ml x 3-2 biberones/día

Recuerda que por cada 30ml de agua deberás incorporar una medida rasa de cacito de leche en polvo.

AVISOS IMPORTANTES: El uso de agua sin hervir, la utilización de biberones no esterilizados o la disolución incorrecta pueden provocar trastornos al bebé. Un incorrecto almacenamiento, manipulación, preparación y administración de la leche de fórmula podrían provocar efectos adversos en la salud del bebé.

Puedes preparar el biberón con:

• Agua mineral.
• Agua embotellada adaptada a las necesidades de los bebés.
• Agua fría del grifo. Debes hervirla durante 10 minutos y dejarla enfriar antes de utilizarla.

Las leches infantiles de Nestlé son seguras para la salud de los recién nacidos. Nestlé garantiza que sus leches infantiles son totalmente seguras y están alineadas con las indicaciones de las organizaciones internacionales de seguridad alimentaria y de las autoridades locales.

Más información sobre la utilización de aceite de palma en las leches infantiles de Nestlé España: El aceite de palma en las leches infantiles.