Ser madre a los 40
Sí, tengo 40 años y mi embarazo sería tardío… ¿y qué? "Con tu edad es difícil tener un hijo", me dicen. Vale, pero no imposible. Para muestra, todas esas famosas que lucen con orgullo sus cuarenta primaveras y que están deslumbrantes con su retoño en brazos. ¿Qué puedo hacer yo para tener todas las posibilidades a mi favor?
Embarazos tardíos no son embarazos ordinarios, pero tranquila, la mayoría evoluciona sin complicaciones. Con un seguimiento médico adaptado, puedes dar a luz a un bebé rebosante de salud. Las palabras clave son: confianza y dedicación.
Ve pronto al ginecólogo
Tal vez te ha asaltado el deseo de ser madre a los 40. O quizás hasta ahora no has podido. Sea como sea, no tardes en ir al ginecólogo si quieres tener un bebé rondando la cuarentena, porque aunque los embarazos tardíos son, estadísticamente, cada vez más frecuentes, la fertilidad desciende a partir de los 35 años. Es decir, si con 20 años se tiene 1 de 4 posibilidades de concebir un bebé durante un ciclo menstrual y con 35 años las probabilidades son de 1 contra 8, a partir de los 40, estas son de 1 contra 12. Por eso, Nestlé recomienda que, antes de nada, te hagas un examen pregestacional que optimice al máximo tus posibilidades.
Madre en la cuarentena: ¡a cuidarse mucho!
¿Un embarazo tardío entraña más riesgos? Sí, pero gracias a los avances médicos y a la detección precoz de cualquier problema, hoy en día estas gestaciones están mucho más controladas. Si quieres ser madre a los 40, permanece más atenta a lo que te dicta tu cuerpo y, sobre todo, no te canses. Tu prioridad es el embarazo. Has tenido que esperar mucho hasta que has decidido tener un hijo y durante ese tiempo, tu vida ha estado llena de trabajo, viajes y salidas. ¡Ahora es el momento de levantar el pie del acelerador! Tienes algunas razones para hacerlo:
- Por lo general, en el día a día te sentirás más cansada.
- Tienes más riesgo de enfermedades: hipertensión arterial, diabetes gestacional…
- La probabilidad de un aborto espontáneo es mayor, sobre todo durante los tres primeros meses.
No es cuestión de volverse hipocondríaca, sino de administrar las prioridades. Todas las madres lo confirman: ¡el fin justifica ampliamente los medios!
Gracias a los avances médicos y a las diferentes visitas pautadas durante el embarazo, aunque tengas un embarazo tardío, tu bebé estará totalmente "bajo control" y puede nacer como una rosa. Para prevenir cualquier riesgo, por norma se recomienda a las mujeres embarazadas a partir de los 38 años hacerse una amniocentesis. ¿Objetivo? Detectar la posibilidad de síndrome de down u otro tipo de anomalía cromosómica. A los 20 años, las posibilidades de tener un hijo trisómico son de 1 cada 1.500; a los 40, de 1 de cada 100. Si la amniocentesis te da positivo para alguna de las enfermedades analizadas, se puede considerar una interrupción médica del embarazo. Sin embargo, aquí tienes un dato que te hará respirar aliviada: contrariamente a lo que se cree, los demás riesgos de malformación apenas aumentan con la edad. Así que no te desanimes, pues el deseo de tener un hijo es, ante todo, un estado de ánimo. ¡Confía en ti! Y sobre todo, no olvides...¡que ahora es el momento de redoblar los mimos!
Una mujer de 30 años que desea concebir un hijo tiene un 75% de posibilidades de quedarse embarazada al cabo de 12 meses. Esta cifra desciende hasta el 44% a partir de los 40 años. Sin embargo, querer concebir un hijo después de los 35 o los 40 años es un deseo cada vez más común entre las mujeres. La edad media de la maternidad sigue aumentando y en España se sitúa en los 31 años, tres años más que hace 20 años. Esto significa que un niño de cada cuatro nace de una madre de más de 35 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El deseo de consolidarse profesionalmente, el matrimonio tardío, las segundas nupcias o la inquietud por alcanzar una situación financiera más desahogada son algunas de las razones de esta elección. Por eso, si ya tienes más de 35 años y llevas más de 6 meses intentando quedarte embarazada, tal vez tu médico te prescriba, tras pruebas a ti y a tu pareja, una técnica de reproducción asistida. Son agotadoras física y psicológicamente, pero han demostrado ampliamente su eficacia. ¡Así que, no te desanimes!
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