Cómo prevenir las alergias
¿Sabías que 1 de cada 3 recién nacidos tiene un alto riesgo de desarrollar una alergia?
Cada día son más los niños afectados por alguna alergia. Las alergias son normalmente hereditarias aunque los bebés sin historia familiar de alergias, también pueden desarrollar una a causa de factores medioambientales o alérgenos alimentarios como la proteína de la leche de vaca. Aun así, podemos reducir hasta el 50% el riesgo a que las desarrollen.
¿Cuáles son los síntomas alérgicos más típicos en los bebés?
Hay diferentes síntomas alérgicos. Los más habituales son la dermatitis atópica y las alergias alimentarias que suelen causarles malestar y dolor en forma de picores, mucosidad, estornudos y tos. Esto impide que puedan dormir bien e implicará que tú tampoco descanses. Puede que tu niño solo los padezca durante una etapa del año determinada –cuando está expuesto al alérgeno- o durante todo el año. Cuidado con la dermatitis atópica, ya que constituye a menudo –sobre todo en niños con un historial familiar de alergias– el comienzo de una evolución hacia otras situaciones relacionadas con la alergia en etapas posteriores de la vida.
¿Cómo se producen?
Se trata de reacciones excesivas del sistema inmunitario frente a sustancias normalmente inofensivas como el polen o algunos alimentos como los cacahuetes, aunque el desencadenante más habitual del desarrollo de una alergia son las proteínas de la leche de vaca.
¿Todos los bebés pueden sufrir alergias?
Normalmente, son hereditarias. Si uno de los padres padecéis alguna alergia, el niño tendrá el doble de posibilidades de tenerla. En caso de ser alérgicos los dos, las probabilidades se multiplicarán por cuatro. Aunque el factor genético es muy determinante, los bebés sin historia familiar de alergias también pueden desarrollarlas a causa de factores medioambientales, como la exposición al humo de tabaco en la infancia temprana.
¿Cómo puedo prevenirlas?
Alimentando a tu bebé con leche materna. Es la más efectiva porque entrena poco a poco el sistema inmunológico y reduce la sensibilidad a los alérgenos. Por eso, todas las instituciones pediátricas mundiales la recomiendan como mínimo hasta los seis primeros meses. Los bebés alimentados con leche materna son menos propensos a sufrir alergias que aquellos bebés que reciben una fórmula infantil convencional con proteínas enteras de leche de vaca. Por lo tanto, si puedes elegir, no dudes en alimentar a tu bebé con leche materna.
¿Y si la lactancia materna no es posible?
Si no puedes alimentar a tu bebé con leche materna, existen diferentes técnicas donde las proteínas de la leche de vaca se rompen para disminuir su alergenicidad. Las leches de continuación hipoalergénicas clínicamente probadas se caracterizan porque fraccionan estas proteínas de las leche de vaca, y así reducir los riesgos de esta alergia alimentaria.
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¿Y en las lactancias mixtas?
También en los casos de lactancia mixta, es decir, cuando el bebé toma lactancia al pecho y biberón, estarían indicadas este tipo de fórmulas en el que se ha disminuido su alergenicidad.
Es conveniente que consultes a tu profesional de salud para que te indique la fórmula infantil más adecuada.
Si observáis manchas o rojeces en vuestro peque es muy probable que pueda tratarse de una alergia.
Descubre más acerca de las diferentes alergias alimentarias en niños y bebés más comunes y cómo identificarlas.
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