Posturas para dar el pecho
"¡Ya verás, es algo natural!", te decían. Sí, pero en la práctica, no es tan fácil colocar correctamente al bebé en el pecho. Te enseñamos las posturas de la lactancia para que disfrutes este momento privilegiado.
Dar el pecho al bebé requiere ciertos conocimientos "técnicos". Una buena postura de lactancia de tu peque mejorará la calidad de la succión y, por consiguiente, la producción de leche. Asimismo, aumentará tu comodidad y te evitará posibles dolores de espalda y de pezones. No te inquietes: este proceso de aprendizaje a dos bandas es muy simple y no dura más que unos días. Tras ello, la felicidad es completa. ¡Lo prometemos!
Las posturas de la lactancia
Justo antes de iniciar la toma, ponte cómoda y coloca a tu bebé:
La postura más clásica para dar el pecho a tu bebé es la denominada "madona". Sitúa a tu bebé de cara a ti, con su barriga contra la tuya. Si le das el pecho izquierdo, sostén al niño con el antebrazo izquierdo bajo la espalda y la mano bajo el culito. El codo izquierdo debe situarse sobre el brazo de la silla o sobre una almohada o cojín, de modo que esté cómodamente apoyado. Con la mano derecha, agárrate el pecho izquierdo para metérselo en la boca al bebé. La inclinación de la cabeza del bebé se regula con el antebrazo izquierdo. Si su mentón toca tu pecho y su nariz reposa sobre tu pezón, ¡lo has conseguido!
El "balón de rugby" es una postura de lactancia empleada durante los primeros meses, especialmente tras un parto complicado o por la noche. Coloca al bebé a horcajadas sobre tu costado a la altura de la cintura y sujétalo con el brazo (como se sujetaría un balón de rugby con una mano). La nuca del niño debe descansar sobre la palma de la mano opuesta. Para dar el pecho en la cama (muy útil durante la noche), acuéstate sobre el costado con el niño de cara a ti, también de lado, y con la boca a la altura del pezón. La ventaja de esta postura es que, cuando el niño está bien apoyado, te permite tener un brazo libre. Muy práctico, ¿no crees?
Estas otras posturas son también muy útiles: con las piernas cruzadas con un cojín sobre las rodillas, sobre una tumbona semiestirada, en un sillón cómodo (¡cuidado con el gato!)... En resumen, no te preocupes, porque le "pillarás el tranquillo" de forma rápida y natural y, con la práctica, adquirirás la postura que te resulte más cómoda.
¡Qué boca tiene mi bebé!
Cuando el bebé tiene hambre, abre la boca de par en par y se contorsiona en busca del pecho, cosa que puede asustar a alguna madre. No te preocupes: dar el pecho no es doloroso. ¿Cómo funciona?
Inicio de la toma: el bebé abre bien la boca y atrapa el pezón y parte de la aureola. Coloca la lengua como un canalón bajo el pezón. Si le cuesta, presiónate el pezón y la aureola haciendo una U con los dedos para facilitar que el bebé los atrape bien con la boca.
Durante la toma: el bebé levanta el labio inferior y apoya la nariz contra el pecho. Verás un movimiento regular de la mandíbula inferior del bebé, que alterna succión, deglución y respiración. Ya no parece tan terrible, ¿verdad?
¿Qué hacer si tengo gemelos?
La pregunta más inmediata cuando tienes que dar el pecho a gemelos es ¿al mismo tiempo o alternando? No existe ninguna regla intangible. Eres tú quien debe decidir qué solución se adapta mejor a ti y a tus hijos. Si a un bebé le cuesta tomar el pecho o si deseas mantener una relación privilegiada con cada uno, lo más apropiado son las tomas por turnos. Pon al pecho primero al niño que tenga más hambre. Al otro, más paciente, que se duerme comiendo, hazlo mamar en último lugar. Para ahorrar tiempo, la lactancia simultánea resulta muy práctica, ya que los bebés tienen hambre al mismo tiempo. Para ello, elige la postura de lactancia "balón de rugby", con los pequeños cara a cara. Este sistema requiere un poco de práctica, pero acaba resultando muy útil y eficaz.
Tengo que estar concentrada…
Puedes dar el pecho de pie, sentada o estirada; lo importante es que estés cómoda. Si no estás bien apoyada o si la nuca o la espalda te tiran, el niño lo sentirá y puede que abrevie la toma para aliviarte. Por lo tanto, busca el lugar donde te encuentres más cómoda (un sillón, un sofá, una cama...). Ten siempre a mano un cojín normal o de lactancia (que se coloca alrededor de la cintura), una manta, el teléfono (para no tener que levantarte) y una botella de agua. ¡Dar el pecho provoca sed!
¿Ha tenido bastante el bebé?
Es posible que, a pesar de tu motivación, la lactancia no funcione como hubieras deseado. Motivos de advertencia:
Tu bebé hace menos de cinco tomas al día.
Hay un cambio radical del ritmo de lactancia.
Traga escasa o irregularmente.
Se pasa todo el tiempo llorando o durmiendo.
Si observas alguno de estos casos, controla que la curva de peso de tu pequeño sea regular. Si lo es, no te preocupes y disfruta. Un indicio de que la postura de la lactancia funciona y de que la toma se desarrolla a la perfección es sentir el útero contraerse y percibir una sensación de calor y tensión en el pecho mamado.
Todas las mujeres que dan el pecho y logran una correcta postura de lactancia se sienten invadidas por una sensación de sosiego al final de la toma. El bebé está tranquilo y calmado; el tiempo permanece como suspendido. ¡Es un momento de armonía y simbiosis que vale la pena vivir!
Irene, madre de Miguel, 5 meses:
"Para acordarme de qué pecho he dado en último lugar, me pongo una pulsera en la muñeca correspondiente a dicho pecho. Es muy práctico, sobre todo al principio, cuando mi hijo comía cada tres horas".
Aurora, madre de Paula, 4 meses:
"Las primeras veces que di el pecho en público la gente me miraba sorprendida. Comprendí que no debía de ser tan natural. Desde entonces, me anticipo y llevo blusas que se abren por delante y me pongo una mantilla sobre los hombros para cubrirme el pecho y la cabeza del bebé. ¡Ahora actúo de incógnito!"
Sigue el período de lactancia de tu bebé con la Guía de lactancia.
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