Siete reglas básicas para una alimentación infantil segura
Sigue estos principios básicos de seguridad cuando compres o prepares alimentos para tu bebé teniendo en cuenta que su sistema inmunológico aún se está desarrollando.
Primera regla. Recuerda la higiene alimentaria
El sistema inmunológico de tu bebé está menos desarrollado que el tuyo, así que es más vulnerable a las bacterias y las intoxicaciones alimentarias. Por eso es importante tomar mayores precauciones en la alimentación infantil al preparar, cocinar y conservar la comida del bebé. No hace falta que la cocina esté totalmente esterilizada, pero deberás seguir unas normas básicas de higiene alimentaria, como lavarte las manos antes de manipular los alimentos y después de tocar carne cruda.
Segunda regla de higiene alimentaria. Limpia bien los cuencos y utensilios
Lava bien los platos, cuencos y cucharas con agua caliente y jabón y no los reutilices después de una comida. Es buena idea tener un par de cucharas limpias a mano por si alguna se cae al suelo. Si tu bebé parece estar lleno antes de terminar lo que tiene en el plato, retíralo un momento por si recupera el interés.
Tercera regla de higiene alimentaria. Lávate las manos
Lávate bien las manos antes de limpiar o pelar frutas y verduras. Lávate siempre las manos después de tocar carne cruda y usa cuchillos y tablas de cortar separados. Si necesitas más orientación a la hora a de comprar, cocinar y recalentar alimentos, consulta la Guía de seguridad alimentaria. Cuidar la higiene alimentaria es esencial ahora que el sistema inmunológico de tu bebé aún no está del todo desarrollado.
Cuarta regla. Mira antes de comprar
Mira siempre la etiqueta para cerciorarte de que el alimento es adecuado para la etapa de crecimiento de tu bebé. En general, cuanto menos ingredientes tenga mejor, así que dedícale un minuto o dos a leer la etiqueta antes de comprar. Elige fruta y verdura sin defectos y de temporada. Al comprar productos de alimentación infantil en la tienda, comprueba la fecha de consumo preferente o de caducidad. En el caso de la fruta y verdura procesadas, busca productos sin azúcar añadido, sal o almidón. La fruta enlatada, por ejemplo, lleva almíbar y no es adecuada para tu bebé.
Quinta regla. Elige tiendas de alimentación infantil de confianza
Los alimentos infantiles que se venden en las tiendas pueden ser una buena fuente de nutrición. A veces están fortificados con hierro y son aún más nutritivos. Los alimentos infantiles de marcas conocidas se fabrican siguiendo procesos de higiene alimentaria muy estrictos, así que podrás dárselos con total seguridad. En muchos países, por ley, los fabricantes deben cumplir con estrictas normas de seguridad para los alimentos infantiles y eso pasa por reducir el uso de pesticidas al cultivar la fruta y la verdura. Los ingredientes son cuidadosamente seleccionados, lavados y preparados de forma natural, además de envasados siguiendo controles específicos para alimentos infantiles. A diferencia de hace unos años, los alimentos infantiles se preparan y envasan con una tecnología más inteligente, por lo que se necesitan menos conservantes. Por ejemplo, los alimentos se someten a la esterilización por calor en un sistema cerrado de cocción al vapor para eliminar los microrganismos.
Sexta regla. Adapta la comida a tu bebé
Si los alimentos que tú y el resto de la familia coméis están preparados con la textura adecuada y no contienen azúcar añadida o sal, normalmente serán adecuados para tu bebé. No le des alimentos con los que podría ahogarse. Ten mucho cuidado con los alimentos duros y redondos, como los frutos secos y las zanahorias crudas; los alimentos fibrosos o duros, como los filetes y el pollo; los alimentos con piel o cáscara, como la fruta sin pelar, las semillas y las palomitas y los alimentos redondos, como las uvas y las salchichas. Algunos alimentos de la mesa familiar se pueden adaptar con facilidad, así que ahorrarás tiempo al no tener que preparar distintos platos. Otras comidas o recetas favoritas no se podrán adaptar tan fácilmente. En estos casos, la versión comprada en la tienda del mismo menú puede ser más nutritiva que lo que el resto de la familia está comiendo. Deja enfriar la comida y córtala en trocitos si es necesario.
Séptima regla. Puntos que debes recordar
Recuerda siempre que el objetivo es que el alimento que le des a tu bebé sea lo más nutritivo posible y que sea seguro para la fase del desarrollo en la que se encuentre. No tienes que añadir azúcar o sal. En cada comida, ofrécele agua limpia y fresca. No le ofrezcas nunca lácteos no pasteurizados porque contienen bacterias que pueden provocar enfermedades graves, y más ahora que el sistema inmunológico de tu bebé aún no está del todo desarrollado. No le des comida caducada o con una fecha de consumo preferente pasada. Comprueba siempre los envases y evita las latas o tarros golpeados, oxidados, abombados o que goteen, así como los envases de plástico deformados.
Artículos relacionados