18 semanas de embarazo
Ya llevas 18 semanas de embarazo y una gran cantidad de desarrollos importantes ocurren esta semana, desde la multiplicación de las células nerviosas hasta la formación de las huellas dactilares. Lee más sobre esta semana.
Desarrollo del feto
Resulta increíble, pero durante la 18ª semana de embarazo tu bebé ya tiene entre doce y catorce mil millones de terminaciones de células nerviosas. Eso son muchas..
Su corazón es ahora lo suficientemente grande para que puedas escuchar sus latidos con un sencillo estetoscopio sobre el estómago. Los músculos se hacen más fuertes, también, y sus movimientos más vigorosos, por lo que es probable que sientas a tu bebé bailando y si no, pronto lo sentirás. Todo depende del carácter del bebé. Sus manos también se están desarrollando: aparecen las diminutas uñas y las huellas dactilares están comenzando a formarse.
Cambios en el cuerpo
Resulta alucinante acariciarte la barriga y saber que hay una persona creciendo ahí dentro. Y cuando te imaginas interactuando con esa personita (cómo va a sonreír, qué aspecto tendrá) es increíble, ¿verdad? Tal vez ya sepas el sexo de tu bebé, o tal vez prefieras esperar a saberlo cuando nazca. De todos modos, a las 18 semanas de embarazo ya casi es momento de la segunda ecografía. Esta vez, tu médico podrá verificar que tu hijo se está desarrollando de forma saludable, y distinguir además si es un niño o una niña. No te desanimes si te gustaría saberlo pero no se distingue nada todavía. Es necesario que el bebé esté en la posición correcta o, de lo contrario, ni siquiera el ginecólogo con más experiencia podrá distinguir nada.
Qué comer y qué no a las 18 semanas de embarazo
Por desgracia, el embarazo causa cambios en el cuerpo y puede interferir con los movimientos intestinales normales. Insistimos: una dieta rica en fibra puede ayudar. Las verduras frescas o cocidas, las frutas y una gran cantidad de granos integrales pueden hacer maravillas, con los problemas de estreñimiento derivados del embarazo. Sin embargo, ten cuidado con el salvado o el pan integral si no estás acostumbrada a tomarlos, porque en exceso pueden irritar los intestinos. Bebe suficiente líquido (2 litros al día) para hidratarte y facilitar el tránsito y trata de comenzar el día con un vaso de agua o de zumo de naranja o pomelo recién exprimido con la pulpa. Deja en remojo pasas durante la noche para que se ablanden y disfrútalas en el desayuno con yogur. Son laxantes naturales y seguros que no irritan y pueden ayudarte a acelerar el tránsito intestinal y a aliviar el estreñimiento. Si a pesar de estos pequeños consejos no experimentas mejoría, consulta a tu médico. Por encima de todo, no tomes laxantes sin receta.
Otra incomodidad provocada por el embarazo es la aparición de varices y arañas vasculares en las piernas. Las arañas vasculares son manchas rojizas debidas a la dilatación de venas pequeñas y, al igual que las varices, son causadas por el aumento del tamaño del útero y los cambios hormonales que llevan a una mayor dilatación de los vasos sanguíneos de la madre.
Consejos para embarazadas
Te han dicho que debes consumir una gran cantidad de alimentos ricos en calcio para fortalecer tus huesos y los de tu bebé, pero ¿qué hacer en caso de intolerancia a la lactosa? Solo tienes que ser más creativa para satisfacer tus necesidades. Una gran cantidad de personas con intolerancia a la lactosa pueden seguir comiendo queso o yogur (la lactosa se elimina en gran medida durante la fabricación, metabolizada por las bacterias "buenas" lácticas de la fermentación). También puedes tomar leches bajas en lactosa. Además de los productos lácteos, las verduras de colores oscuros y de hoja (incluidas las "verduras del mar", las algas) y las alubias secas son también una gran fuente de calcio. Recuerda que puedes consultar con tu médico qué comer o no durante el embarazo.
En esta semana ya podemos pedir la esperada ecografía morfológica, donde podremos observar el correcto desarrollo del bebé, la formación de su corazón, su cerebro, hígado, genitales, etc. Aunque el momento óptimo para realizar esta prueba es de la semana 20 a la 22, en este momento la fisiología de tu bebé ya está casi completa, por lo ya podemos observar su progreso adecuado.
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