La importancia del deporte para embarazadas
La creencia de que el ejercicio durante el embarazo puede perjudicar al bebé ha sido desmentida.
La creencia de que el ejercicio durante el embarazo puede perjudicar al bebé ha sido desmentida. De hecho, es más bien al contrario. Pero, ¿qué deporte puede practicar una embarazada? Hacer ejercicio moderado, aunque solo sea un paseíto por el parque, tiene numerosas ventajas para ti y tu bebé.
Deporte para embarazadas: razones para estar activa 30 minutos, 5 veces a la semana
1. Consigues mantener controlado el peso ganado durante el embarazo.
2. Puede mejorar tu estado de ánimo.
3. Puede contribuir a un parto más corto.
4. Puede facilitar el parto porque tienes los músculos más fuertes y una mejor forma cardiovascular.
5. Puede mejorar tu salud y forma física.
¿Qué deporte puede practicar una embarazada?
Sigue haciendo el mismo tipo de ejercicio que hacías antes de concebir. Si estás sana y siempre has estado activa y en forma, no hay por qué dejarlo ahora. Consulta a tu médico o ginecólogo para no quedarte con la duda sobre qué deporte puede practicar una embarazada, pero lo más probable es que puedas seguir haciendo tu entrenamiento habitual adaptando el nivel de intensidad.
Muévete más, siéntate menos
Si llevabas un estilo de vida más bien sedentario antes del embarazo, es hora de activarse un poco. De hecho, algunos expertos recomiendan el deporte para embarazadas. Tal vez quieras empezar por algo suave, como nadar o caminar, para luego ir subiendo la duración y la frecuencia del ejercicio. Coméntale a tu médico o ginecólogo qué has pensado hacer y te informará acerca del deporte que puede hacer una embarazada.
Deporte que puede hacer una embarazada, qué evitar y qué adaptar
No hagas una actividad física durante la cual puedas caerte o hacerte daño en la zona abdominal. Descarta montar en bici, jugar al baloncesto o al fútbol, montar a caballo, practicar kickboxing o esquiar, por ejemplo: no son deportes recomendados para embarazadas. Pero piensa en hacer aerobic, bici estática, nadar, correr y caminar (con las modificaciones que necesites).
Lo más importante es que, durante el segundo y el tercer trimestre, evites hacer ejercicios durante los cuales debas estar boca arriba. Esto es porque el peso de tu bebé presiona en el vaso sanguíneo principal que devuelve la sangre al corazón y puedes desmayarte. Si vas a clases donde se hagan varios de los ejercicios boca arriba, pide al monitor que te ofrezca alternativas.
Según vaya creciendo el bebé y te sientas más pesada, seguramente tendrás que hacer pequeños ajustes a tu rutina para no tener que parar del todo. Haz sentadillas en vez de dar saltos en las clases de aerobic, ajusta la posición de la bici estática y camina en superficies lisas y llanas para no tropezar.
Piensa en dar clases de yoga y pilates para embarazadas. Además de estar pensadas especialmente para ti y tu bebé, en ellas conocerás a otras futuras mamás, algo que podrá resultarte divertido y motivador.
Comer y beber para tener un estilo de vida activo
Si estás activa y llevas una dieta equilibrada y saludable, mantendrás tu peso bajo control. Los alimentos ricos en nutrientes y que contentan proteínas, carbohidratos, grasas saludables, vitaminas y minerales no solo contribuirán al desarrollo y crecimiento de tu bebé, sino que te aportarán la energía que necesitas para mantenerte activa.
Es fácil sobrecalentarse cuando haces ejercicio embarazada, así que ten siempre a mano una botella de agua antes y después de la actividad. Además del agua que necesitas durante el ejercicio, bebe 2 litros de líquidos al día (unos ocho vasos).
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