Sus horas de sueño
¿Cuándo va a empezar a dormir toda la noche de un tirón? ¿Es normal que se agite tanto mientras duerme? Cuando al fin se duerme, sólo lo hace durante tres o cuatro horas, o sea que nunca consigo descansar de verdad. ¿Hay algo que debamos saber para ayudar a dormir bien a mi bebé? El descanso nocturno es una de las mayores preocupaciones de los padres. Te damos los trucos para dormir a un bebé y conseguir pasar una noche tranquila.
Antes de poder dormir como un niño mayor, el cerebro del bebé tiene que madurar para organizarse progresivamente en ciclos cada vez más complejos y, sobre todo, para adquirir el ritmo día-noche al que estamos tan acostumbrados. Además, hay que tener en cuenta de que todo (los ruidos, los olores, las sensaciones...) es diferente a lo que vivía en el vientre de mamá. Este aprendizaje es más o menos lento dependiendo de cada niño. ¿Cómo ayudarle? Ofreciéndole referencias (a los bebés les encanta la rutina) y mucho amor.
Dormir bien para crecer bien
Un bebé duerme mucho durante los primeros meses: ¡casi no hace otra cosa! El sueño le permite recuperarse de sus fases de vigilia, además de crecer y desarrollarse. La hipófisis (glándula situada bajo el cerebro) segrega la hormona del crecimiento principalmente durante el sueño.
El sueño del bebé, en cierto modo como el de los adultos, se organiza en dos fases que se alternan. La primera corresponde al sueño lento: durante este periodo de sueño tranquilo, de aproximadamente veinte minutos, el bebé duerme apaciblemente y la producción de la hormona de crecimiento es óptima. Después llega una fase de sueño paradójico: el bebé se agita un poco más y el sueño es más ligero, por lo que se despierta con frecuencia. Esta fase constituye un momento de maduración cerebral esencial. Entre estas dos fases claramente diferenciadas existen otras, menos delimitadas, de sueño intermedio. En el caso del bebé, el sueño empieza casi siempre por un periodo de sueño agitado.
¿Cuántas horas de sueño necesita un bebé?
Un recién nacido duerme una media de 16 horas diarias (con extremos entre 14 y 20 horas al día). Esta cantidad global de sueño disminuirá lentamente con el tiempo: 15 horas hacia los seis meses y a menudo hasta 13 horas hacia los 4 años. El sueño diurno disminuye de forma paralela: de 3 a 4 siestas durante el día hacia los 6 meses, pasa a 2 siestas a los 12 meses y luego una sola por la tarde hacia los 18 meses.
En cuanto a las noches, que tanto preocupan a los padres... ¡cada bebé es diferente! Algunos ya empiezan a dormirlas completas en las primeras semanas, pero frecuentemente hay que esperar varios meses para que el reloj interno del bebé abandone su ritmo, regulado en periodos de 3-4 horas, para pasar al periodo de 24 horas. Poco a poco empezará así a sincronizarse con los ritmos externos: la alternancia del día y la noche, la regularidad de las comidas, de los momentos de juego y de interacción con el entorno; todo eso va a ayudarle a adaptarse y a despertarse cada vez menos por la noche.
Trucos para que caigan rendidos en un sueño profundo
Dentro de tu vientre, el bebé no podía distinguir entre el día y la noche. Durante las primeras semanas de vida, aún no es capaz de hacer esta distinción. La buena noticia es que tú puedes ayudarle a hacerlo con trucos muy sencillos. Os explicamos cómo dormir a un bebé.
- ¡Ofrécele referencias! Por la noche, asegúrate de que la casa esté tranquila y cierra completamente las persianas para que tenga total oscuridad. Para la siesta, por el contrario, deja que se filtre un poco de luz y no elimines todos los ruidos de la casa.
- Establece ciertos rituales antes de acostarlo para que entienda que es la hora de ir a dormir. Por la noche, por ejemplo, le cambias el pañal, le pones el pijama, le cantas una nana y le das un tierno y cariñoso mimo. Cuando sea un poco más mayor, también podréis leer juntos un cuento. Procura que el ritual que precede a la siesta no sea el mismo, para que tenga clara la diferencia: por ejemplo, una pequeña canción infantil, un besito y ¡hala, a la cama!
- Ayúdale a adaptarse a horarios fijos.Tras la fórmula "a su propio ritmo" de las primeras semanas, empieza a darle las tomas a horas fijas.
- Procura también que no haga ni demasiado calor ni demasiado frío en su habitación. La temperatura correcta: de 18º C a 20ºC.
- ¿El bebé duerme aún en tu habitación? Al principio, eso le tranquilizará (¡y a ti también!) : estáis cerca el uno del otro y no tienes que levantarte para ir a ver si todo va bien o para darle el pecho. Ahora bien, se aconseja no prolongar esta situación más allá de los primeros meses. Pronto, el bebé deberá dormir solo y pasar la noche en su propia habitación. Es esencial para la calidad de su sueño...¡y para vuestra vida de pareja!
- ¿El bebé no puede dormir sin su peluche, su chupete o su pulgar? No se los quites: le consuelan y le ayudan a conciliar el sueño. Él mismo decidirá el momento en que ya no los necesite, pero por ahora ¡son unos estupendos aliados para asegurar un sueño tranquilo!
- ¿Llora al dormirse? Déjalo tranquilo algunos minutos: a veces los bebés necesitan algunas lágrimas para conciliar el sueño; es algo normal. Pero si los sollozos se alargan, vete a verlo: seguramente necesitará que lo tranquilicen.
Bien acostado, seguridad garantizada
Elige una cuna de barrotes que cumpla las normas de seguridad y un colchón firme, con las dimensiones correctas para que no pueda quedarse atrapado entre la cuna y el colchón, o entre los barrotes.
Para dormir bien a un bebé, debes acostarlo boca arriba. Así mantendrá despejada la cara y podrá respirar sin problemas.
En la cama, evita todo tipo de accesorios inútiles (manta, almohada, etc.): un pijama manta o un saquito de dormir bastará para que no coja frío. Lo mismo para los peluches: ¡uno sí, pero no un montón!
Para evitar la muerte súbita del lactante, los pediatras recomiendan también, además de la posición boca arriba, no calentar demasiado la habitación: de 18º a 20ºC son suficientes para que no coja frío. Procura ventilarla regularmente, ¡y sobre todo no fumes en su interior!
¿El bebé sueña? Al contrario de lo que cabría pensar, los gestos que el bebé hace durante el sueño no significan que esté soñando. Según algunos pediatras, no se puede hablar verdaderamente de "sueños del bebé" hasta los 3 años, cuando el niño es capaz de contarlos.
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