La burbuja de autocuidado: una herramienta para cuidarte y cuidar mejor
En la rutina diaria de muchas madres y cuidadores, es fácil olvidarse de una verdad fundamental: para cuidar de los demás, primero debemos cuidarnos a nosotros mismos. Desde el primer contacto con un bebé, el ejemplo de autocuidado se convierte en una lección crucial que ellos observarán y adoptarán durante toda su vida. Esto no solo fortalece su sentido de seguridad, sino que también les enseña la importancia de quererse y priorizarse.
El desafío del autocuidado en el día a día
La oxitocina, conocida como la "hormona del amor", desempeña un papel vital en la conexión con nuestros seres queridos. Sin embargo, también puede llevarnos a ignorar nuestras propias necesidades, priorizando constantemente a los demás. Este patrón puede dejarnos emocionalmente agotados. Entonces, ¿cómo podemos mantener un equilibrio entre cuidar y no olvidarnos de nosotros mismos?
La respuesta está en un ejercicio sencillo pero poderoso: la burbuja de autocuidado.
La burbuja de autocuidado: instrucciones paso a paso
Este ejercicio de visualización ayuda a cambiar el funcionamiento cerebral, reduciendo el estado de alerta y promoviendo una sensación de calma y bienestar.
Visualización de la burbuja:
Cierra los ojos e imagina una burbuja grande y transparente que te envuelve. Es espaciosa y cómoda, permitiéndote respirar profundamente sin sentirte atrapada.
Control del entorno:
Imagina que tú decides lo que entra y sale de la burbuja. Puedes enviar aire hacia afuera, pero nada negativo puede entrar en tu espacio protegido.
Inhalación y color:
Respira profundamente desde el vientre, sintiendo cómo se hincha. Al exhalar, visualiza un color que te resulte reconfortante y llena la burbuja con él. Repite este proceso varias veces, añadiendo incluso un aroma que te relaje.
Compartir energía con los seres queridos:
Ahora visualiza a tus hijos o seres queridos en sus propias burbujas flotando a tu alrededor. Imagina cómo envías parte del color y la energía de tu burbuja hacia las suyas, reforzando ese vínculo amoroso.
Amor incondicional:
Llena sus burbujas con amor y, finalmente, suéltalas suavemente para que floten libres, pero cerca de ti.
Los beneficios del ejercicio
Este ejercicio activa las frecuencias cerebrales alfa, asociadas con la calma y la relajación. Al practicarlo, no solo regulas la oxitocina de manera saludable, sino que también refuerzas la sensación de amor hacia los demás sin descuidarte. El acto consciente de cuidar tus pensamientos y emociones es un recordatorio constante de que mereces el mismo amor y cuidado que brindas.
Este sencillo hábito puede marcar una diferencia significativa en tu bienestar diario. Recuerda que, al cuidarte, estás enseñando a tus hijos una de las lecciones más importantes: el amor propio.
