Ir al museo
Oye, ¿qué tal si vamos al museo con los niños? Una pequeña frase te viene de golpe a la memoria, pronunciada por la vendedora de periódicos, caramelos y otros objetos cuando la tienda se le llena de pequeños clientes: "¡se mira pero no se toca!". ¿Cómo hacer entender a los pequeños que la visita al museo es une experiencia visual? Tranquila, los museos se adaptan cada vez más para acoger y acompañar a los más pequeños.
¡El museo no es sólo para los mayores!
A veces, el niño se convierte en una coartada para ir a ver una exposición que te interesa a ti. En ese caso tienes que compartir ese momento con él.
Al contrario que una salida al parque, a un espectáculo infantil o al parque de atracciones (a los que el niño se apunta de cabeza), la visita a un museo no suele estar entre sus preferencias e ir al museo con niños puede ser poco interesante para ellos. ¡Y más todavía si es un bebé que hay que cargar en brazos porque aún gatea o está aprendiendo a caminar! Pero entonces: ¿Por qué querer incitar al niño a descubrir un nuevo universo, desconocido incluso por muchos adultos? No se trata de iniciar al pequeño en el arte, sino de permitirle experimentar un encuentro con algunas obras de arte, con algo hasta ahora desconocido.
Se trata asimismo de una buena ocasión para compartir un momento especial con un adulto y para suscitar en él las ganas de descubrir cosas nuevas lo antes posible.
¡Sigue la guía!
Este encuentro entre el niño y las obras de arte será un momento lleno de sorpresas, porque une a un visitante con una obra no destinada a él (los artistas no suelen crear sus obras para los niños). Descubrirás con él una exposición concebida generalmente para un visitante adulto, solitario, silencioso y contemplativo. También puede pasar que el niño se pase el rato corriendo, tocando las obras, gritando y mostrando su lado más provocador. Sea como sea, la suerte está echada... Al fin y al cabo, ¿no es precisamente el hecho de que las exposiciones no estén pensadas para niños lo que las hace más interesantes? Tu pequeño sentirá que está en un territorio reservado para los adultos, lo cual avivará su curiosidad, una curiosidad que se fijará tanto en las obras expuestas como en el propio ritual de la visita.
El museo es un lugar extraño, único en su género, donde se deambula siguiendo un recorrido preciso. A pesar de que no pueda entender el plano del museo y orientarse, ni mucho menos leer los carteles que informan sobre las obras o comprender las indicaciones del museo, y aunque la colocación de las obras no tenga en cuenta su reducido tamaño, el espacio de la exposición le permitirá a tu pequeño comparar sus interpretaciones con tus explicaciones de adulto. Y viceversa, porque como dice el Principito (de St.Exupéry): "las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas, y es agotador para los niños tenerles que dar una y otra vez explicaciones".
¿Cómo observa tu pequeño?
Tu hijo no llega al museo "vacío", sin saber nada. Él tiene sus propios conocimientos, su propia forma de ser, de concebir el espacio y de deambular por él, así como sus propias nociones, que constituyen su cultura infantil. Interpretará la imagen con todas las sensaciones de su cuerpo, con toda su sensibilidad, y observará las obras recurriendo a sus referentes infantiles. Como madre, tú conoces sus referentes, su pequeño mundo imaginario, lo cual favorecerá la interacción y facilitará en gran medida la visita a la exposición y el diálogo con el niño. Le enseñarás que las cosas para niños no están tan alejadas de las cosas para adultos: ambas proceden de la misma cultura e influyen la una sobre la otra.
Los estudios Disney se inspiraron en la obra de Violet-le-Duc para crear el castillo de la Cenicienta, del mismo modo que los artistas del pop art americano se sirvieron de la cultura Disney para sus obras destinadas a adultos. Enséñale, poco a poco, el diálogo entre los objetos del museo y las obras para niños, para que se interese por ellos.
¿Qué ofrecen los distintos museos de España?
Existen muchos museos en España de distintos tipos: museos de arte, de ciencia o temáticos. Muchos de estos ofrecen actividades especiales pensadas para los más pequeños, perfecto para que aprendan muchas cosas nuevas de forma lúdica. ¡Incluso puede que ir al museo con niños se convierta en una de vuestras salidas favoritas!
Museos de arte
Algunos en los alrededores de Madrid como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que tiene talleres infantiles, o el famoso Museo del Prado, dónde además de talleres infantiles y actividades con los colegios, los sábados organizan visitas didácticas e itinerarios temáticos. Existe incluso, un museo en Madrid especialmente dedicado al arte infantil, el MUPAI (Museo Pedagógico de Arte Infantil) que dispone, entre otros, de talleres de sombras, de grabado y de cuentos.
En los alrededores de Barcelona la Fundación Joan Miró Barcelona, ofrece talleres de artes plásticas y de animaciones sonoras y arquitectura. O en Lérida Centre d'Art la Panera, con actividades creativas para niños a partir de un año.
Otros museos de arte como el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, Museo Guggenheim de Bilbao, Museo Picasso de Málaga, el MUVIM (Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad), el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) o el GAC (Centro Galego de Arte Contemporáneo) también ofrecen actividades de este tipo. Sin olvidar Caixaforum, en sus centros de Barcelona, Madrid y Palma de Mallorca exhiben atractivas exposiciones perfectas para pasar un día en familia.
Museos de ciencia
Algunos de ellos en Madrid como el Real Jardín Botánico, Museo nacional de ciencias naturales, el CosmoCaixa o incluso el Planetario de Madrid, pero también en otros lugares como el Museo de la Ciencia de Valladolid, el Museo de ciencias naturales de Barcelona, Museo de la ciencia y el agua de Murcia, Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife, Museo de las ciencias de Castilla-La Mancha y sin olvidar la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia ofrecen también actividades y talleres para los más pequeños de la casa.
Museos temáticos
Algunos ejemplos como el Museo Jurásico, el Museo del Chocolate, el Museo Valenciano del Juguete, el Museo del Juguete de Albarracín y de Cataluña o Museo del Ferrocarril de Ponferrada y Madrid son una alternativa a los museos convencionales que seguro que captivarán a vuestros bebés.
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