Intolerancia a la lactosa
Lo primero que debemos saber es que la lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra naturalmente presente tanto en la leche como en sus derivados y que la tolerancia o intolerancia a la lactosa se deriva de cómo el propio organismo es capaz de digerirla.
Para que el cuerpo pueda asimilar estos azúcares, necesita cortarlos, dividirlos en otros azúcares más simples (glucosa y galactosa) que el organismo pueda absorber y transformar en energía. La lactasa es la encargada de este proceso, se trata de una enzima que se genera en el propio intestino.
Entonces, ¿qué entendemos por intolerancia a la lactosa?
Se habla de intolerancia a la lactosa cuando el cuerpo no es capaz de generar la lactasa necesaria para metabolizar la lactosa. Es posible que se produzca intolerancia a la lactosa en bebés y en niños y se sabe que es más común en individuos de raza negra, hispanos y asiáticos. La mayoría de los niños y adultos con intolerancia a la lactosa son capaces de tolerarla en cierto grado, esto se debe a que, aunque no producen la cantidad de lactasa óptima, sí que producen lactasa, lo que requiere una reducción del consumo de lactosa.
Para estos casos en los que el propio organismo genera lactasa en alguna medida, no es recomendable eliminar completamente la leche y sus derivados del consumo habitual. La eliminación de estos productos de la dieta puede producir deficiencias en determinadas vitaminas y minerales así como deficiencias de calcio. La práctica actual es no eliminarla por completo, ya que se ha comprobado que la presencia de lactosa mejora la absorción del calcio y éste es esencial para la formación de los huesos y el crecimiento.
La intolerancia a la lactosa puede provocar dolor abdominal, distensión abdominal, borborigmos, flatulencia, náuseas vómitos, diarrea y estreñimiento y se presenta después de haber ingerido productos lácteos. Es importante acudir al médico y realizar las pruebas pertinentes para determinar si dicha intolerancia existe o por el contrario se están confundiendo los síntomas.
Además de los productos sin lactosa, se han desarrollado productos con bajo contenido en lactosa, lo que permite que estas personan consuman aquellos nutrientes que el organismo necesita y que habitualmente se adquieren de productos lácteos, como el calcio. En cualquier caso, no se recomienda una eliminación prolongada de lactosa.
