Alimentos que sacan un CERO
Sí, ¡un cero! No es fácil encontrar a alguien que quiera sacar un cero, y mucho menos voluntariamente. Pero en Gerber nos esforzamos para que nuestros productos saquen no uno, sino muchos ceros. ¿Acaso nos hemos vuelto locos? ¡No!, y ya veréis que todo tiene un porqué.
Existe un tipo de ceros que puede convertirse en algo muy positivo. Y si hablamos de alimentos para bebés, todavía con más razón. Si os preguntáis de que estamos hablando, es sencillo: en todos los informes de calidad de nuestros productos ecológicos para bebés, no aceptamos otra cosa que acercarnos al cero en contaminantes, pesticidas y metales pesados.
Cómo pasar 100 controles de calidad sacando ceros, y estar orgullosos de ello
Aunque parezca el mundo al revés, en los más de 100 puntos de control por el que pasan nuestros alimentos infantiles buscamos acercarnos al cero en todo aquello que no aporte algo bueno. En estos exámenes se evalúa la calidad y la seguridad del alimento, porque los peques de la casa lo merecen. Y es que además de purés naturales para bebés, orgánicos y nutritivos que estén de-li-cio-sos, los alimentos infantiles tienen que estar limpios de sustancias perjudiciales, con unos niveles de seguridad muy altos.
¿Cómo lo conseguimos? La calidad de las materias primas es la clave. Cuando escoges los ingredientes con mimo, y conoces el esfuerzo de los agricultores que piensan en bebés cuando cultivan, el punto de partida es muy bueno. A partir de aquí, todas las personas involucradas trabajan para conseguir el mejor producto: aquel que guste tanto a los bebés, como a sus familias.
Para ello, se hacen controles durante la obtención de los ingredientes, según sus características. Antes de la siembra y durante la cosecha, pero también antes de ser enviados a fábrica, nuestros vegetales, frutas y legumbres son examinados con lupa para asegurar no solo que cumplen con los requisitos para los alimentos infantiles, sino con los exigentes estándares de calidad de Gerber. Durante la elaboración de cada producto, se sigue con la misma filosofía: se controla todo el proceso, y también el resultado final.
Un diez en productos bio, cero en preocupaciones
Si hablamos de alimentos bio para bebés, los ceros se multiplican. Es necesario cumplir no con uno, sino con dos estándares de calidad muy estrictos. Por un lado, un producto ecológico debe contar con su certificado bio. Pero, además, los alimentos orgánicos para bebés deben cumplir con la normativa de alimentos infantiles, muy exigente, de manera que haya casi cero restos de pesticidas orgánicos, aunque sean naturales y estén permitidos en la agricultura ecológica.
Así conseguimos no solo alimentos infantiles, sino alimentos orgánicos para bebés. Y todo ello, ¡sacando ceros!