¿Te sientes culpable? Cómo eliminar pensamientos que no te ayudan nada
¿Estás cansada de luchar contra el sentimiento de culpa de madre? Es totalmente normal, pero no ayuda para nada si estás experimentando otras muchas emociones que viven las madres primerizas. Te presentamos cinco pensamientos clásicos de culpa de los padres y te contamos cómo superarlos.
- No sentir inicialmente un vínculo con el bebé: Pueden hacer falta semanas, o incluso meses, para sentir apego con el recién nacido. Intenta no sentirte culpable ni sentir angustia. Llegará de forma natural con el tiempo. Disfruta del contacto piel con piel con tu bebé y el masaje del bebé. Cantar y acunar dulcemente a tu hijo también puede ayudar.
- La presión de dar el pecho: Puedes sentir mucha culpa en torno a la elección entre dar el pecho o el biberón. Da igual que sea el sentimiento de culpa por no dar el pecho, la culpa por dar el biberón, la culpa por dejar de dar el pecho o por la sensación de fracaso por no poder dar el pecho a tu hijo, lo importante es que tú seas una mamá primeriza feliz y satisfecha y que tu bebé esté bien alimentado. Elige la mejor opción para ti y para tu situación. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses, pero, si no puedes por el motivo que sea, tu bebé cubrirá todas sus necesidades nutricionales con una fórmula infantil.
- La culpa de las mamás trabajadoras: Conjugar la vida profesional y la privada es duro para las mamás primerizas, por lo que es muy común sentirse culpable. Cuando busques guardería, confía en tu instinto maternal y elige la mejor opción para ti y tu bebé. Comparte las tareas del hogar con tu pareja o pide ayuda a familiares y amigos. De ese modo, cuando llegues a casa, podrás disfrutar de las caricias y la hora del baño, en lugar de andar corriendo de un sitio para otro intentando ser una supermujer. Lee nuestros consejos sobre la vuelta al trabajo después de tener un bebé para encontrar el equilibrio adecuado.
- Autocuidado para mamás primerizas: Te contaremos un secreto: no pasa nada porque pienses «¡necesito un paréntesis de ser mamá!» Dedícate un poco de tiempo a ti misma. No estás siendo egoísta si de vez en cuando antepones tus necesidades a las de tu hijo. Haz ejercicio, pasa tiempo con amigos y reserva tiempo para pasar a solas con tu pareja. Si estás descansada y menos estresada, verás una versión más feliz y enérgica de ti misma. ¡Estarás preparada para todo!
- El mito de la madre perfecta: Vamos a dejarlo claro: no existe nada parecido a la madre perfecta. Por supuesto que habrás hecho planes durante el embarazo y habrás soñado con cómo será tener un bebé y ser mamá. Pero la realidad es que no te puedes preparar para algo así. Todas las madres tienen dificultades, de modo que no tienes que sentir culpa por no estar a la altura de tus propias expectativas. Olvídate de la imagen de la familia perfecta en Instagram, es mentira. Te sentirás muchísimo mejor. Te lo garantizamos.
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