Cómo dominar la crianza compartida en 7 sencillos pasos
Es una buena idea, pero ¿es la crianza compartida un mito más que una realidad? No según el 49 % de los nuevos padres, que están de acuerdo en que las responsabilidades del cuidado de los niños se reparten por igual en su hogar. Esto no quiere decir que no haya que planificar y esforzarse para compartir las tareas parentales al 50 %. Así que si te encuentras entre el 51 % de personas que consideran que la carga de la crianza está repartida de forma desigual y te gustaría restablecer el equilibrio, o la igualdad de la crianza es tu objetivo para cuando tengas hijos, descubre cómo compartir las responsabilidades de la crianza en siete sencillos pasos.
1. Aplica una mentalidad de responsabilidad parental compartida antes de que nazca el bebé
¿Nuestro consejo para los nuevos padres que quieren compartir las responsabilidades a partes iguales? Dejad a un lado las ideas de un «progenitor principal» o un «progenitor natural» y empezad formando una pareja igualitaria antes del nacimiento. Las parejas pueden leer los mismos libros sobre el embarazo, el parto y los primeros pasos de la crianza, asistir juntos a las citas y clases prenatales, comprar y conseguir artículos para el bebé y participar en la preparación de su habitación. Esto no solo os acercará, sino que también significará que estáis informados de forma igualitaria y que compartís la carga mental de la crianza desde el principio. Dependiendo de su país y de su situación laboral, las parejas podrán tomarse unos días, semanas o incluso muchos meses como permiso de paternidad. Baraja tus opciones, ya que cada día que permanezcas en «activo» puede marcar la diferencia, no solo en los primeros días, sino también más adelante. ¿Buscas más consejos útiles sobre cómo pueden ayudar los nuevos padres? Consulta nuestros Consejos para padres primerizos.
2. Comparte las tareas de cuidado de los hijos de forma equitativa, a tu manera
Hay muchas formas de compartir las tareas de crianza. La forma de hacerlo dependerá de la situación laboral de cada uno, de su personalidad, de su estilo de vida e incluso de su educación familiar. En un mundo ideal, ambos compartirían todas las tareas de cuidado de los hijos por igual, pero puede que eso no sea posible o deseable para vosotros. Otras formas de enfocar la crianza equitativa son dividir el tiempo en turnos "de guardia" (por ejemplo, papá se encarga de las primeras horas de la mañana y mamá de la mitad de la mañana hasta la hora de la comida); que cada miembro de la pareja tenga tareas asignadas (puede ser que mamá dé de comer y papá de dormir); o que cada uno se adapte a sus puntos fuertes y a sus prioridades (quizá papá prepare la mochila y mamá organice las actividades). Acordad también cómo apoyaros mutuamente en periodos más difíciles, por ejemplo, cuando el bebé está enfermo. Y no olvides dejar tiempo para que los dos estéis «de servicio» y compartáis las responsabilidades parentales, y disfrutéis juntos del tiempo en familia.
3. Compartid el tiempo de vínculo con el bebé a partes iguales con las tareas de crianza y del hogar
Sea cual sea el reparto de las tareas de crianza y del hogar, procurad que ambos os ocupéis por igual de vuestro bebé y que tengáis mucho tiempo para crear vínculos afectivos. Si uno de los padres se encarga de todo el tiempo de cuidado y el otro de todo el tiempo de juego, ¿podríais encontrar una manera de hacer que eso sea más equitativo? Pasar mucho tiempo de calidad con cada uno de los progenitores aportará muchos beneficios emocionales a todos, hará que el bebé se sienta más cómodo al ser atendido por ambos y quizá disminuya las posibilidades de que por fuerza un progenitor se dedique a consolarle o entretenerle. También significa que ambos compartirán por igual la alegría y la diversión de ser padres.
4. Afronta la carga mental de la crianza de los hijos
Un área en la que es fácil caer en los estereotipos de los roles parentales está relacionada con asumir la carga mental de la crianza, que a menudo puede recaer de manera desproporcionada en un «progenitor principal». Esto incluye todo el trabajo oculto, desde la planificación del calendario familiar y la búsqueda de cosas que necesita el bebé, hasta solicitar consejos para los nuevos padres y encontrarse o comunicarse con los cuidadores. Puede ocupar mucho tiempo y espacio mental. Y también conlleva una carga emocional: el progenitor que se convierte en «el planificador» de la pareja también puede ser el que experimente mayores niveles de ansiedad y tenga expectativas poco realistas, lo que puede generar resentimiento. Por lo tanto, en tu plan de responsabilidad parental compartida piensa más allá de las tareas prácticas y ten en cuenta también toda la toma de decisiones de los padres y el esfuerzo entre bastidores.
5. Aceptad que tendréis diferentes enfoques sobre la crianza
Aunque ambos queráis trabajar desde una filosofía de crianza compartida, también tenéis que aceptar que habrá diferencias en vuestros enfoques sobre la crianza. El «control materno» o («control paterno») se produce cuando a un progenitor -normalmente el cuidador principal- le resulta difícil renunciar a su responsabilidad. Corrige constantemente, microgestiona, critica o sustituye a los demás en el cuidado de su hijo. Esta actitud puede materializarse de cualquier manera, desde estar cerca y alerta con el fin de intervenir cuando se está acostando al bebé para que duerma hasta no confiar en que su pareja prepare la bolsa del día. Intenta desechar la idea de que hay una forma «correcta» de hacer las cosas, y dale a tu pareja tiempo y espacio para que se adapte a las necesidades de vuestro hijo y resuelva las cosas por sí mismo como padre. La corrección o la supervisión constantes pueden socavar su confianza y llevarle a ser más «indiferente» de lo que le gustaría, mientras que a ti te lleva al agotamiento.
6. Mantén la comunicación abierta y sé flexible ante los cambios
A medida que el bebé evoluciona, también lo hará tu forma de criar. Eso significa que tu plan de crianza equitativa puede necesitar cambios de vez en cuando. Lo que quizás funcione durante los días posteriores al nacimiento puede no ser lo mismo una vez que uno o los dos vuelvan a trabajar, por ejemplo. Habrá ocasiones en las que tendréis que llegar a un acuerdo sobre el reparto equitativo de ciertas tareas. Sed abiertos y sinceros entre vosotros sobre vuestras necesidades y preocupaciones individuales. Pide ayuda cuando la necesites. Mantén un calendario familiar compartido para que ambos sepáis lo que ocurre con el horario de vuestro hijo. Y si las circunstancias, la rutina del bebé o tu situación laboral cambian, vuelve a tu plan de crianza equitativa si es necesario para ver cómo se puede ajustar para adaptarla mejor a toda la familia.
7. Transmite al mundo tu enfoque de crianza equitativa
Haz saber a tus amigos, a tu familia y a cualquier otro cuidador que compartís las tareas de cuidado del menor y que, por lo tanto, ambos son los contactos a los que acudir cuando se trata de preguntas sobre tu hijo, ya sea sobre lo que le puede gustar como regalo o sobre si tiene alguna alergia alimentaria. Puedes intentar crear una dirección de correo electrónico o un grupo de mensajes conjunto para las comunicaciones relacionadas con el bebé y la crianza. Procura que conocer a otros padres sea también un esfuerzo conjunto, a través de grupos de padres, actividades regulares o charlando con los padres de otros niños en la guardería. Cuando se trata de la crianza equitativa, la coherencia es tu amiga. Puede que te cueste un poco coger el ritmo, pero pronto te parecerá algo natural a ti, al bebé y a todos los demás.
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