36 semanas de embarazo
A partir de las 36 semanas de embarazo y hasta que llegue el gran día, tu bebé continuará engordando alrededor de 220 g a la semana. Mide 47 cm y pesa 2,7 kg, aproximadamente. Lee más sobre esta semana.
Desarrollo del feto
A las 36 semanas de embarazo, tu bebé ya es bastante regordete y, técnicamente, podría prescindir de su cordón umbilical en este momento.
Esa nutrición continua y automática que el cordón suministra desaparecerá cuando nazca y empiece a recibir su alimentación a través de tomas reguladas. ¡Tendrá que acostumbrarse a esperar a la siguiente toma! Del mismo modo, con el parto la placenta deja de actuar como un pulmón. A partir de ese primer llanto, el líquido amniótico que llenaba su vía aérea se expulsará y todo comenzará a funcionar correctamente con sus primeras respiraciones independientes.
Cambios en el cuerpo
En la semana 36 de embarazo, tu barriga es ahora tan prominente que te es difícil agacharte para atarte los zapatos, así que es posible que prefieras usar zapatos en los que solo tengas que meter el pie. No tengas miedo de pedir a tu pareja que te ayude a vestirte. Siempre sienta bien poder ayudar cuando la mayoría del tiempo eres simplemente un observador. En términos generales, un poco de descanso extra te sentará bien en estos momentos. Incluso las tareas más fáciles son bastante agotadoras con una barriga tan grande, y pueden hacerle daño a tu espalda. Quizás tus parientes o amigos puedan ayudar un poco con las tareas domésticas, hacer la compra o incluso cocinar de vez en cuando.
El aumento de peso durante esta etapa no se debe sólo al propio feto, líquido amniótico y placenta, si no que pueden aparecer los típicos edemas del embarazo. Se trata de la hinchazón de tejidos provocados por la retención de líquido que ha pasado de los vasos sanguíneos al espacio entre células, presente sobre todo en tobillos y pies. Aunque es un síntoma normal, hay que revisar que la tensión arterial se encuentre entre los límites normales.
Qué comer y qué no
Piensa en tu forma de comer como una manera de ser más "zen" y evitar el estrés. Asegúrate de consumir gran cantidad de verduras y frutas frescas, pescado fresco y carbohidratos buenos. Recuerda que algunos alimentos son más ricos en nutrientes que otros. El magnesio, presente en algunas aguas minerales (aparece indicado en la etiqueta), el chocolate negro y las semillas de girasol y calabaza, ayuda a mantener a raya el estrés diario. La vitamina B6 se puede encontrar en la soja, la levadura de cerveza, los plátanos, las nueces y los cereales integrales, y es importante para un funcionamiento saludable del sistema nervioso. El aminoácido tirosina, que encontrarás en los productos lácteos y la carne blanca, es un precursor de muchas hormonas y sustancias que limitan el estrés en el cuerpo, lo que significa que desencadenan una reacción en cadena saludable. Y, por último, recuerda que el placer que obtenemos de comer alimentos que nos encantan provoca la liberación de endorfinas, que producen sentimientos de euforia y bienestar. ¡Y eso es estupendo!
Consejos para las 36 semanas de embarazo
Para algunas parejas, elegir el nombre del bebé es pan comido. Para otras, puede ser una causa de discusiones. ¡No debería serlo! Puedes encontrar inspiración en todas partes, como libros (que a menudo contienen nombres míticos y exóticos, además de los más tradicionales), historia familiar, artistas o personajes de tus películas favoritas. Una posibilidad es llevar a cabo el proceso de selección usando listas, por ejemplo: tú haces una y tu pareja hace otra. Si un nombre aparece en ambas listas... ¡ya está, ya lo tenéis! ¡Muy fácil! Un pequeño consejo: No involucres a demasiados amigos o familiares en la búsqueda de un nombre; porque no hay nada más tedioso que escuchar una y otra vez comentarios como "¡Oh, yo solía tener un chihuahua de tres patas que se llamaba así!" cada vez que mencionéis el nombre que os gusta.
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