17 semanas de embarazo
Tu pequeñín pesa alrededor de 150 gramos y cada día se parece más a un bebé "de verdad". Lee más sobre las 17 semanas de embarazo.
Desarrollo del feto
Hay muchas novedades en la 17 semana de embarazo. El desarrollo neuronal de tu bebé continúa, al igual que la maduración de su sistema nervioso.
Su piel es todavía muy fina y bastante transparente, por lo que sus pequeños vasos sanguíneos son visibles a través de la piel. Durante esta etapa comienza a formarse el vérnix caseoso, una sustancia blanquecina y grasa que protege la piel del bebé y que permanecerá con él hasta el final del embarazo. Los corpúsculos del tacto continuarán apareciendo por todo su cuerpo hasta la vigésima semana de embarazo. Las fibras nerviosas de la médula espinal están empezando a rodearse de mielina, una cubierta aislante hecha de una sustancia rica en lípidos que permite una buena conducción nerviosa. El intestino de tu bebé continúa desarrollándose y ya está en su lugar definitivo en el abdomen. Todo es como debe ser.
Cambios en el cuerpo de 17 semanas de embarazo
Aprieta los dientes: aún hay muchas mujeres mayores que cuentan historias de embarazadas a las que se les caían los dientes. Tenemos buenas noticias: ¡es absolutamente falso! Para algunas mujeres, la barriga de embarazada ya es evidente. Si eres muy delgada, o has tenido un bebé antes, es más probable que se te note. Para otras, nadie diría al verlas que esperan un bebé. Durante la semana 17 de embarazo es cuando empieza a costar abrochar los pantalones y las faldas, a medida que la cintura desaparece, por lo que es un buen momento para comenzar a utilizar pantalones de embarazada y, en general, ropa premamá para estar lo más cómoda posible aunque estas prendas aún puedan quedarte un poco anchas. Además, es probable que notes ya el crecimiento del pecho típico del embarazo, que se encuentra preparándose para la posterior lactancia, por lo que es recomendable que utilices un sujetador que se ajuste a estos cambios.
Obviamente, no todas las mujeres están contentas con estos cambios. La mejor manera de lidiar con ello es mantenerse en forma (con la aprobación de tu médico), especialmente porque te ayudará a recuperar la silueta más rápidamente después del parto.
Qué comer y qué no
Las grasas y los ácidos grasos esenciales son, como su nombre indica, esenciales en tu dieta. Sin embargo, hay quien puede no estar consumiendo suficientes. Estos son algunos consejos prácticos para la ingesta de grasas. En primer lugar, añade pocas grasas al cocinar. Usa solo el aceite suficiente para engrasar la sartén, por lo general una cucharada basta. Explora diferentes formas de cocinar, como al vapor, al horno, etc., que te ayudarán a controlar mejor tu consumo de grasas. Además, elige aceites crudos de calidad para los aderezos de las ensaladas. Algunos son fuentes insustituibles de ácidos grasos esenciales para ti y tu bebé, como los aceites de colza y de nogal. ¡Una cucharada por persona es una buena regla de oro!
Consejos para embarazadas
Los edulcorantes artificiales hoy en día están en entredicho. Algunos estudios hablan de efectos adversos sobre la salud y en concreto durante el periodo de embarazo, pero lo cierto es que no hay pruebas de que los edulcorantes artificiales —con moderación, por supuesto— dañen la salud de las mujeres embarazadas o del feto. Sin embargo, siempre que no haya un problema de exceso de peso o de diabetes, lo mejor es que consumas azúcar con moderación cuando quieras endulzar un yogur, un vaso de leche, etc. En el caso de que te decidas por consumir algún edulcorante, lo mejor es que lo consultes con tu médico.
En cuanto a las pruebas médicas que se realizan alrededor de esta semana, como habíamos comentado en semanas anteriores, si el cribado de primer o segundo trimestre han dado un resultado alto de probabilidad de crosomopatías, lo recomendable es realizar una amniocentosis. Este test consiste en la extracción de líquido amniótico, donde existen células fetales que proceden de las vías urinarias y la descamación de la piel del bebé que pueden examinarse para diagnosticar si el bebé tiene síndrome de Down u otra anomalía genética.
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